A veces la planificación de la jornada de caza no sale como
uno desea. Son en estos días cuando valoras más el llevar un perro como el D.
Drahthaar.
Dos ejemplos en el mismo día y en localidades muy diferentes.
El domingo me acerco con Lux a Los Yébenes (Toledo), se
abría la temporada general y era un día especial pues Lux se bautizaba con perdiz salvaje de
verdad.
Como siempre, doy una vuelta al amanecer por el río, pero la
falta de lluvias en esta zona hace que las anátidas brillen por su ausencia.
Con las perdices, aunque han criado muy mal hemos tenido
suerte e hicimos el cupo de dos perdices relativamente pronto. Sólo nos
quedaban las liebres, pero el pastor me comentó que este año en esa zona hay
pocas. Buscamos un par de horas, pero no dimos con ninguna.
Decidí tentar a la suerte con las palomas, primero en puesto
y luego entrándolas directamente en los sembrados. Lux me acompañaba y se
tumbaba a la orden para yo poder ir bajando una a una hasta juntar una decena.
Pude comprobar el adiestramiento del perro con un “Ablegen” (permanecer tumbado
sin moverse) de 10 minutos, mientras me veía entrar y disparar un bando de
palomas. Luego a la orden cobró las palomas abatidas sin problemas.
Como veis el día ha sido variado y la percha también, 10
palomas y 2 perdices.
Carlos mientras, en Quijas (Cantabria), salió con Saura III
del Zeffiro en busca de faisanes que hubiesen quedado de una suelta días atrás.
La perra no falló y dio con algún faisán sin problemas.
En la búsqueda de más ejemplares resultó que estaban en
mitad de una batida al jabalí y tras el aviso de los tiros, decidió colocarse
también en un puesto. Se pinchó un cochino y aprovechando que el Pisuerga pasa
por Valladolid, puso la perra al rastro que dio con el cochino sin ningún
problema. Una pena no tener una foto del lance.
Con estas dos breves crónicas, podemos ver que el D. Drahthaar
es un auténtico todoterreno. El mismo perro lo puedes meter al agua, luego tras
las perdices, faisanes o liebre, después al puesto y de postre le metes un
rastro de sangre real. Y lo que más me gusta a mi particularmente es salir de
caza y no tener la ciencia cierta de qué te va a deparar la jornada.